El Real Zaragoza está a punto de concluir el último entrenamiento de esta abrupta semana que concluye mañana con el partido de Madrid en el campo del Atlético. Es en la Ciudad Deportiva, porque, esta vez, el hábito de Víctor Fernández de hacer la última sesión preparatoria a puerta cerrada en La Romareda es imposible porque la mitad del estadio está sin césped, en plena faena de reposición de la hierba tras los destrozos producidos en los dos conciertos pilaristas.
Es el tercer entrenamiento en semiclausura, dentro de ese nuevo dispositivo de restricciones de circulación para periodistas y público en general que ha detonado la trifulca que protagonizaron D'Alessandro y Aimar y que tan mal supo que se viera y oyera por parte de todos los asistentes.
Curiosamente, esta mañana sabatina, este nuevo diseño de vallas, impedimentos, pasos prohibidos y "achique de espacios" para periodistas y forofos, ha provocado que el partido de cadetes programado en la Ciudad Deportiva haya llevado a los jóvenes cachorros zaragocistas a cambiar de campo. El habitual para el equipo de esta categoría (el más próximo al gimnasio y al vestuario del primer equipo) obligaba a dejar pasar al público (padres, familiares y periodistas, si los hubiere), a la grada recientemente cancelada para los entrenamientos de la primera plantilla.
La solución, llevar a los chavales al campo del fondo, el que usan normalmente los juveniles y el filial. En definitiva, que ha sido y está siendo una mañana de puertas y compuertas, de verjas y rodeos. Una especie de canal de Panamá, de exclusas y compartimentos movibles, pero sin agua. Son los nuevos tiempos en los que el equipo, en vez de acercarse a la gente, se aleja cada vez un poco más, se esconde en un dudoso ejercicio de autoprotección.
En pocos minutos, lista de convocados, fotografía oficial con el nuevo traje de la temporada (traje de viaje y de gala, de nuevo patrocinado por la firma Alejandro Moda), almuerzo en sus respectivos domicilios, y viaje a Madrid en el AVE de las 17.00. Enseguida os lo cuento.
20 de octubre de 2007
Último entrenamiento de una larga y tortuosa semana
Publicado por Paco Giménez a las 11:32
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