8 de noviembre de 2007

Aimar y Oliveira

Pablo Aimar. Ricardo Oliveira. Dos estrellas en el vestuario del Real Zaragoza.
El argentino, el fichaje mediático que encarna para el resto de la historia zaragocista el comienzo del mandato de Agapito Iglesias como máximo accionista de la entidad. Aimar siempre irá ligado a esta nueva era del club, surgida tras la venta de Alfonso Soláns Soláns en mayo de 2006.
El brasileño, la contratación de un primer espada mundial que llega, en el segundo año del proyecto, para agrandar el poder ofensivo del equipo junto a un consumado goleador como Diego Milito. Es la búsqueda de una cesión, con opción de compra, que permita seguir creciendo al Zaragoza en cuanto a peso específico dentro del panorama nacional y europeo.
Ambos, cada uno a su manera, están dentro de la espiral de circunstancias anómalas que están surgiendo como champiñones en este inicio de temporada en el cuadro blanquillo.
Aimar lo está por su pelea con D'Alessandro y por ser acusado implícitamente por buena parte del vestuario de ser el niño mimado del entrenador, a quien se señala por haber llegado incluso a preparar un dibujo táctico concreto (el rombo) para que Aimar jugase a gusto en el sitio que le gusta más, de media punta por detrás de los delanteros, aunque el resto del equipo se resintiera (lo que derivó en que el rombo no se sostuviera y debiera ser abolido como método útil para el técnico).
Oliveira lo está por la bronca que recibió de Milito tras pecar de egoista en una jugada el día del Valladolid y que desencadenó un río de acusaciones (ya masculladas en voz más atenuada en semanas anteriores) sobre su forma de jugar que le tachan de ser un hombre insolidario e incluso perjudicial para el juego del colectivo a pesar de ser el máximo goleador del equipo ahora mismo.
Aimar, con rol de titular indiscutible en el actual Zaragoza, lleva tres partidos fuera del once inicial y ha llegado a estar incluso sin ser convocado (Almería). Oliveira ha jugado en todos los partidos, aunque no siempre de titular, y siendo sustituido en la mayoría de las ocasiones en las que ha partido desde el inicio en el equipo.
En condiciones normales, si todo hubiera transcurrido bajo los mejores auspicios del programa del Real Zaragoza preparado para este segundo año, ambos deberían ser estandartes de un equipazo, al mismo ras que Ayala, Matuzalem, Diego Milito, D'Alessandro y el portero César. Gente toda de peso, de personalidad, de alto rango, de alto coste, de techos salariales en el renovadísimo plantel de este año (9 caras nuevas).
Llegamos a la jornada 12 y Aimar y Oliveira parecen apuntar a ser noticia importante en el campo del Betis. Aimar, porque puede volver a la titularidad después de su paso atrás (dado con una sonora rueda de prensa en la que reconoció abiertamente su mal estado de forma, en una actitud sorprendente que descolocó a más de uno y de dos). Y Oliveira, porque podría ser el que le dejase paso en el once titular y, por lo tanto, se fuera al banquillo, curiosamente, de manera inmediata a la polémica suscitada por su affaire con Milito (del que el brasileño sí que dio explicaciones y pareceres, pero del que el argentino no ha querido decir ni palabra en toda la semana).
Víctor tiene una legitimación clara para devolver a Aimar al equipo: la derrota ante el Valladolid, que rompió la buena racha iniciada desde el abismo cuando, ante el Villarreal, optó por una alineación revolucionaria en circunstancias ya muy precarias y apostó por los reivindicados (dentro y fuera del vestuario) Sergio García y Óscar. En las victorias y el juego muy apreciable, nada se podía tocar. La obligación moral de cualquier entrenador era la de seguir apostando por los mismos. Y así lo hizo Víctor con total coherencia. Pero el K.O. ante el Valladolid, doloroso e inesperado, con un bajonazo en el nivel del juego y de la eficacia, le abre las puertas a Fernández para devolver al once inicial a Aimar. Es lógico. Es normal. Es comprensible.
Aimar no es carne de banquillo. Aimar tiene que jugar. Ha de jugar. A Aimar hay que recuperarlo como sea. Y su estancia fuera de juego no puede prolongarse demasiado para evitar daños colaterales. Por eso, es muy razonable que, si Aimar ya ha mejorado algo su condición física y si este parón le ha servido para recolocar sus ideas (y las de sus alrededores) convenientemente, el argentino sea impulsado por Víctor de nuevo al equipo base.
Lo complicado es ahora hacerle hueco. Decidir quién se queda fuera. Y puede ser Oliveira el sacrificado. También Víctor se puede encontrar con un dato que favorezca su legítima decisión: Oliveira tiene un levísimo esguince de tobillo. Algo que, en condiciones normales, jamás le impediría jugar, pero que igual, ahora, es suficiente para mover ficha e ir reconduciendo la situación hacia el Zaragoza soñado por los responsables deportivo-técnicos del club en verano: Aimar, titular.
Vamos a esperar 72 horas para saber cuál es la desembocadura de esta semana. Cada paso, cada gesto, cada movimiento interior en el Zaragoza, ha de hacerse con sumo cuidado. Es como andar por un almacén de material pirotécnico. Máximo cuidado. Y tacto, mucho tacto.
Todo, con un deseo. Que poco a poco todo se haga razonablemente. Y así, dentro de unas cuantas semanas, el equipo esté como ahora, peleando por los puestos nobles, y, a ser posible, con todos los jugadores integrados al cien por cien en la pelea lícita por un puesto en el equipo. Las estrellas (que para eso lo son y lo cobran) y los secundarios (que no pueden perder su puesto gratis).
Llegan horas muy entretenidas, semanas muy interesantes (llega la Copa) para ver cómo se maneja el género. Si los resultados acompañan (principal premisa), todo va a resultar más fácil y lubrificado. Hágase.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Aimar tiene que jugar detras del punta, un tio que hizo pichichi a Mista no puede ser desaprovechado en la banda, animo Pablo, LA AFICION ESTÁ CONTIGO!!!!

Miguel dijo...

Es muy fácil: que se olvide de rombos, cuadrados y pentágonos. Que juegue como todos los equipos civilizados ( 4-2-3-1 ) con Oscar, Aimar y SerGar por detrás de Milito. No creo que haya que ir a un curso nacional de entrenadores para llegar a estas conclusiones!!

Anónimo dijo...

Siguiente cagada de Victor: cargarse a Oliveira por favorecer los intereses de Diego Milito. Otra vez va a quedar prisionero del clan argentino. Este Zaragoza actual no tiene remedio. Sobran los argentinos y sobra el entrenador.

Anónimo dijo...

Ojalá pudieramos tener esta discusión acerca de los defensas, porque estamos fundidos.
Siempre que hemos tenido debates de este tipo el máximo beneficiado ha sido el equipo. Y el que no esté agusto, ya sabe por dónde se sale. Por cualquiera de los jugadores de delante se puede sacar, al menos, el mismo dinero que se pagó por ellos.
Así, que Víctor no te andes con miramientos.
Aupa Zaragoza!

Anónimo dijo...

Sr. Paco Gimenez.
Aimar no tiene q jugar si esta bien físicamente, tiene que jugar cuando demuestre que es mejor o hace cosas mejorar que sus compañeros de equipo, cosa que por ahora no ha pasado. No nos queramos arrimar ahora al costado de la estrellita Sr. Gimenez.
Que juegue el que se lo merezca y punto.
Aupa todos los salidos de la cantera zaragozista más Oscar y Sergio.

Anónimo dijo...

Muy buenas:

Somos 29.000 entrenadores que juzgamos el estado de forma de los jugadores sobre la base de 90 (o menos) una vez a la semana y uno que juzga lo mismo sobre lo que ve en todos y cada uno de los entrenamientos. Además es un señor que tiene formación específica en ese campo y es un profesional del mismo.

Si Victor Fernández considera que Aimar está para jugar, será porque tiene motivos para ello y seguro que son más sólidos que los de los otros 29.000 entrenadores. Si los resultados no acompañan es labor de otros la de rescindir su contrato. De momento no estamos en esa tesitura.

Saludos cordiales

mariok dijo...

Victor ya consiguió quemar a Aimar haciéndole jugar lesionado más de media temporada pasada, sin importarle su imagen ante una afición que le exige más y que mayoritariamente no apreció el esfuerzo. AShora puede quemarle por lo contrario si le condena al banquillo, sólo porque no le plantea problemas, y le señala así como responsable de una situación de la que no tiene ninguna culpa, como se vio el domingo y se había visto en salónica. Y debe jugar de segundo delantero. ¿Por qué a los demás se les perdona todo si no juegan en su sitio y a Aimar no?

Anónimo dijo...

Aimar, aimar, aimar... ay ay ay mar. ¿Hay mar?.
Que se vaya a tomar... aimar. Víctor, culpable por mimar a aimar.

Anónimo dijo...

si aimar entra que pasa con oscar? los dos ocupan el mismo puesto y hoy por hoy oscar sigue siendo titular, se pisan y se estorban juntos ya paso en el pasado y es un error , creo que debe de jugar el que mejor este de los dos -, aimar debe de esperar su oportunidad como hizo oscar.

Anónimo dijo...

Aimar de segunda punta, con Diego Milito u Oliveira como único delantero, Sergio García en la derecha y Oscar por la izqda. Ganamos a todos.

Anónimo dijo...

Aimar en el Valencia era jugador de medio tiempo. Por algo sería.
Es un cartel de estrella ambulante. Estrella de una jugada maravillosa cada 5 partidos y apagón posterior.
Que no le den más vueltas. Eso era así y no creo ahora, con más años, tenga visos de cambiar.

Anónimo dijo...

Aimar tiene que jugar si esta bien, y aun estando bien hace 1 partido bueno de cada 5...asi que hay que olvidarse un poco de los nombres...muchas "estrellas" hay en el Zaragoza, pero muy poco equipo...en fin, a ver cuando a nivel individual, y sobre todo de equipo demuestran lo que valen.
Y por cierto, a ver cuando llevan a algun jugador actual a avispas, o es que no quieren ir?