Vuelve a rodar el balón de verdad y es momento de empezar de nuevo a intercambiar pareceres. Ayer, en La Romareda, cuatro meses después de la última vez, volvimos a saludar a muchos amigos, conocidos, colegas futboleros con los que, año tras año y lustro tras lustro, coincidimos en ese mítico estadio para el zaragocismo, cada vez más deteriorado e impropio de esta ciudad en 2008. Antes, durante y al final del primer partido como locales de esta liga, en el regreso doloroso a la Segunda División, ya pudimos charlar y gesticular por primera vez en la larga temporada que tenemos por delante.
Quise esperar hasta hoy para reanudar este vínculo a través de este blog. Quise establecer una separación palpable entre el caos del durísimo año pasado y el arranque de este nuevo capítulo, el tercero de la era agapitista-bandresista en el Real Zaragoza del siglo XXI. Una tregua de dos meses nacida con motivo de las vacaciones veraniegas y a la que dí continuidad durante toda la pretemporada. Consideré que era cuestión de ver, observar con detalle en qué iban a consistir los cambios o rectificaciones (si las hubiere) de Agapito tras su estrepitoso fracaso del año pasado, tras el descarrilamiento brutal de su proyecto ilusionante de hace poco más de 24 meses. No me apeteció nunca hablar aquí de las concentraciones de Navaleno-San Leonardo de Yagüe (Soria) o Villalba (Lugo), ni tampoco del resto de los bolos amistosos de este precario estío. Con lo escrito día a día en HERALDO DE ARAGÓN me parecía suficiente. Éste ha sido un verano lleno de decepciones, de gestos torcidos, de hundimientos morales de mucha gente que ama el Real Zaragoza y no era cuestión de redundar sobre un trabajo deficiente (así le han planteado Agapito y Herrera la pretemporada al nuevo entrenador, Marcelino, por culpa de sus decisiones y sus tiempos a la hora de ejecutar los cambios de jugadores en la plantilla).
Por eso quise esperar a que el equipo se presentara en La Romareda ante la Real en la segunda jornada de la liga. Soñando con que hoy domingo tuviéramos seis puntos en el casillero y encabezásemos la clasificación de Segunda desde el mismo inicio. El destartalado y arruinado Levante me parecía un rival muy accesible por su provisionalidad en el estreno liguero y la Real Sociedad, en nuestro campo, tendría que haber sido un rival batido en condiciones normales. No era descabellado soñar con tener ahora seis puntos.
Y también preví que el pasado miércoles era posible que el Zaragoza hubiese eliminado de la Copa a los donostiarras y, por lo tanto, pudiéramos vivir en estos instantes un inicio de curso prometedor, encarado hacia una reconciliación moral y deportiva que el Real Zaragoza necesita hace tiempo pero que sus dirigentes, sus caprichos y, por supuesto, la mala marcha en términos puramente futbolísticos, están haciendo imposible.
No ha salido como lo pensé y deseé. Al contrario, el equipo, a pesar de los numerosos fichajes y las numerosísimas bajas (decía Agapito que todo el mundo iba a seguir aquí, en un arrebato de orgullo mal concebido allá por mayo), parece no haber cambiado de cara. Todo sigue transcurriendo siempre lejos del mejor de los caminos, no hay manera de encontrar una carretera bien asfaltada para que el equipo transite sin baches ni sobresaltos.
En definitiva, que solo estamos al principio, camino de la tercera jornada en Las Palmas, y ya se han producido los primeros sofocones. Y las malas caras siguen porque, realmente, quienes las provocan y las patrocinan siguen ahí, en el machito, pensando que este cortijo es suyo por mor únicamente de cuestiones societarias. Sin darse cuenta que el Real Zaragoza tiene 76 años de vida, mucha tradición tras de sí y muchos sentimientos incomprables por nada ni por nadie. Y, a pesar de que Agapito ha traído gente nueva (forastera mayormente) a diversos puestos relevantes del staff del club, casi nadie se ha marchado. Hay duplicidad de cargos, masificación administrativa en los despachos. Hay muchos jefes y pocos indios. Y, lo que es peor, hay elementos nocivos que, increiblemente, siguen en sus puestos y tomando decisiones cruciales para la entidad. Eso, ex aequo con las dificultades para obtener resultados deportivos y cuajar un equipo competitivo, es lo más grave. Que la credibilidad del Zaragoza como institución está por los suelos. Y todo ello en plena 'operación acordeón', que ahí seguimos inmersos para intentar taponar el boquete financiero que ahoga a la S.A.D. hasta límites casi insostenibles.
En fin, amigos, que ya rueda el balón, que regresó la liga mal que nos pese (lo digo porque estamos en Segunda), que hay que intentar lograr el ascenso como sea y que, de momento, por mil detalles que ya conocéis de este verano, la cosa no va bien.
Me temo que, o Marcelino logra reconducir al equipo lo antes posible, o podemos estar en los albores de un año difícil en todos los sentidos. Como siempre, quedo a la expectativa de todo lo que vaya a ocurrir. Y os lo iré (mos) contando puntualmente.
Suerte, paciencia (queda poca, por lo que vi ayer en La Romareda) y, sobre todo, calma. Los nervios nunca traen nada bueno.
7 de septiembre de 2008
De vuelta... la mula al trigo
Publicado por Paco Giménez a las 13:45
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4 comentarios:
Esto va cuesta abajo y sin frenos. Agapito, Bandrés Y Herrera no han aprendido nada de lo que pasó el año pasado. Son unos zoquetes o quizá unos interesados que están aquí para otras cosas diferentes a las que nos importan de verdad a los verdaderos aficionados al fútbol. Vaya verano nos están dando, vaya equipo que han montado y vaya comienzo de liga. O cambia la cosa a partir del proximo partido en Las Palmas o me huelo unos meses llenos de follones. La gente no está para más aguantar después de todo lo que pasó la temporada anterior. Esto es, si no cambia cuanto antes, una mierda por la que alguien tendrá que pagar.
Las cosas se han hecho como el año pasado, y por tanto será difícil que no salgan como el año pasado. La prioridad es ganar fuera de casa. De no hacerlo en los próximos tres o cuatro partidos fuera comenzaremos con mucha desventaja con respecto a los primeros. Acabaremos entre los cinco primeros de cualquier manera, pero el problema es que hay que acabar entre los tres primeros. Agapito algún día aprenderá, digo yo, pero mientras aprenda tenemos la soga de la ley concursal cada vez más cerca. No merecemos esto. No merecemos esto.
Qué ha hecho la afición para merecer esto?
Da miedo que llegue el fin de semana otra vez, a perder, a empatar.
Lo que más miedo me da es que se canse el entrenador, de aguantar al Pedrito Herrera, y nos deje en la estacada, o que lo echen, que sería peor.
Nos ha mirado un tuerto.
A veces en la vida todo te sale bien, con suerte y con trabajo (Sevilla, y Villareal. Otras te sale mal, como al Zaragoza. Pero yo me pregunto...tan bien lo han hecho ellos, y tan mal nosotros.
Un ejemplo, cuando tenemos activos muy buenos para vender, ese período coincide con una crisis económica.
Caundo se ponen dos coj..para comprar esta todo carísimo (Drulic), y encima era casi un invalido...
Injusta'slavida...copón
como no ganemos en Las Palmas la cosa se va a poner caliente caliente, y el empate no nos vale. no podemos llegar a la cuarta jornada con uno o dos puntos solamente.
asi que lo del sabado es ya una final.
yo que agapito estaria muy nervioso.
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